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lunes, 25 de enero de 2016

Por la vuelta

Jorge Da Silva fue confirmado como nuevo técnico de Peñarol. Se trata del regreso del último técnico campeón con nuestra institución en 2013. Un técnico que ya conoce el club, que conoce a muchos de estos jugadores y que sabe cuales son las exigencias que le quedan por delante.

En lo personal, hubiéramos preferido a Almada pero entendemos que ante la urgencia, Da Silva representaba la opción más lógica. Está en Montevideo y no tiene equipo a diferencia de Almada que debía rescindir con Barcelona de Guayaquil. Cada día cuenta, por lo que Da Silva nos daba la oportunidad de comenzar a trabajar hoy mismo.

Como en esta página no borramos con el codo lo que escribimos con la mano, reconocemos que criticamos a Da Silva en diversas ocasiones en su pasaje anterior. Cuando mantenía en el equipo jugadores que no lo estaban mereciendo (los casos de Aureliano Torres y Grossmüller por ej), cuando perdió algunos encuentros de forma clara (el recordado encuentro ante Defensor en el Franzini), cuando reservo jugadores para la actividad local no colocándoles en la Libertadores (reservó jugadores ante Vélez, para jugar contra Bella Vista que peleaba el descenso) y finalmente terminó perdiendo la clasificación por un solo punto.

Lo criticamos también cuando decidió no renovar su contrato a pesar de haber ganado el campeonato aduciendo que la presión era demasiado grande y que había sido destratado por la hinchada.

También reconocimos sus méritos en estas páginas. Dijimos que nos había ganado a quienes pensábamos que no tenía los pergaminos para ser el técnico de Peñarol. Nos ganó y de la mejor manera, dándonos el campeonato. Fuimos los primeros en estar felices por habernos equivocado.

Sus méritos incluyen también una estadística favorable ante Nacional y haberle ganado con mucha luz en el último clásico que disputó y haberle pasado por encima a Defensor en la final.

Da Silva nos demostró su capacidad y se ganó nuestro respeto. Esperamos que en este tiempo transcurrido haya adquirido el temple necesario para soportar la presión aplastante que implica ser el técnico de Peñarol.

Ahora habrá que ver cuál es su propuesta, con que jugadores decidirá contar, si requiere nuevas incorporaciones. Lo cierto es que su llegada intenta descomprimir un ambiente muy cargado desde la salida de Bengoechea.

Si primera tarea y primordial, será restaurar el ánimo de un equipo que seguramente está golpeado por la salida del anterior DT y el retiro de su capitán. En poco más de 10 días comienza el campeonato y luego la Libertadores con lo que el tiempo no es demasiado.

La mejor de las suertes al nuevo técnico, el deseo que haya adquirido esa conciencia del mundo Peñarol que en algún momento le faltó y que este regreso sea coronado con al menos, el mismo éxito de su último pasaje.

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